Bailar en tres tiempos

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Rompí récords personales durante esta cuarentena por la cantidad de veces que he llorado.

La tristeza llegó a mi vida junto con otros pensamientos que muchos de ustedes, que padecen ansiedad y depresión, entenderán. La mayoría de gente fuera de mi círculo solo me recomendaba »echarle ganas» o comentaban un »Ay, pero no estés triste»

Es normal, obviamente no estamos educados ni preparados para dar un trato correcto a quienes padecen estos síntomas, lo bueno es que hay mucha información al respecto.

Los comentarios bien intencionados se agradece, pero uno no sabe cómo »echarle ganas» cuando ni si quiera puedes pararte de la cama y controlar el llanto.

En mi desesperación, por querer regresar a mi estado emocional normal, esperaba que alguien llegara y me compartiera el secreto para arrancarme la tristeza. Esa serie de pasos que me ayudarían a omitir este capítulo en mi vida

No tuve un serie de pasos pero sí una buena compañía y grandes libros. Uno de ellos fue »La bailarina de Auschwitz» que relata sobre una mujer húngara que sobrevivió al campo de concentración y qué sucede con su vida después.

No, ella no le »echó ganas» pero sí bailó.

Me generaba mucha curiosidad cómo es que millones de judíos fallecieron estando en la misma circunstancia que Edith ¿qué fue lo que la ayudó si nadie estaba de su lado?

Esta novela histórica, basada en hechos reales, me enseñó cosas y me ayudó a entender muchas otras. Quiero desarrollar un par de puntos y el cómo bailar en tres tiempo puede aligerarte la existencia.

 

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  • Primer tiempo: el pasado
    Edith vivió muchas cosas que ningún ser humano debería atravesar. Heridas que marcan para toda la vida y que es difícil sacarlas del subconsciente.
    »Lo sucedido no puede olvidarse ni cambiarse jamás. Pero, con el tiempo, he aprendido que puedo decidir cómo reaccionar ante el pasado»
    Así descubre Edith, muchos años después, que el pasado estará siempre en nuestra memoria. Si dijo algo indebido o hizo algo que no tenía que ocurrir, existen dos alternativas: ¿seguirse culpando o utilizarlo como recurso?
    Recordar un mal acontecimiento, tiene muchos efectos en nuestra persona, nuestro cerebro comienza a percibir miedo, nervios, angustia, peligro (en pocas palabras, está reviviendo la situación y te hace creer que ese mal recuerdo es real y lo estás pasando otra vez) Es normal, a todos nos sucede, incluso con los buenos recuerdos. De hecho, la Doctora Marian Rojas en su libro »Cómo hacer que te sucedan cosas buenas» dice que podemos usar los recuerdos a nuestro favor, cuando nos lleguen a nuestra mente los acontecimientos oscuros del pasado, es importante tener un recurso de paz, o sea ¿cuál fue el momento mas feliz de tu vida? ¿hay algún lugar que te hizo sentir paz? bueno, haz el ejercicio, cuando lo tengas tu lugar bien definido, ése será tu espacio de tranquilidad.
    Si atacamos los malos momentos con los buenos, nuestro cerebro revivirá aquél al que le damos más fuerza y todo tu cuerpo se sentirá a salvo o en peligro.
    Te comparto, mi lugar de paz, me ayuda el recordar cuando paseaba en bicicleta y contemplaba el valle en Londres.
    Pero sólo tú, como la protagonista, pueden decidir cómo reaccionar ante el pasado.

 

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  • Segundo tiempo: el presente

    Agobiarme por el pasado y preocuparme por el futuro solo me quebraron y le dieron paso a la ansiedad. Qué importante es trabajar y recordar que »Estoy aquí. Esto es ahora»como escribe Edith en un momento tranquilo de su historia.
    Lo que estamos viviendo hoy, es lo que toca disfrutar y trabajar en, literalmente, estar presentes en el presente.
    Que el futuro no existe, pero podemos prepararnos hoy para ello.
    El pasado tampoco existe, solo los recuerdos, no podemos acceder a él, pero sí usarlo como motor para el hoy.
    Aún no sé cómo bailar en el presente sin saturarme de miedos o angustias, pero me imagino que hasta las mejores bailarines utilizan todas esas preocupaciones para moverse con más pasión en el escenario.
    Me imagino que vivir hoy, es eso, recordar que sólo tenemos aquí y ahora.

 

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  • Tercer tiempo: el futuro

    La incertidumbre es esa palabra que ha estado en boca de todos en los últimos meses, no sabemos a quién creerle, qué ver o a dónde movernos. Necesitamos estabilidad en todos nuestros ámbitos para llevar una vida digna, solo que en ocasiones no todo siempre será cómodo y fácil, de hecho, raramente lo es.

»No sabemos adónde vamos, no sabemos qué va a pasar, pero nadie puede quitarte lo que pones en tu mente»

Esta frase se la dijo la madre de Edith Egder, justo cuando iban entrando al campo de concentración. Ése consejo fue lo que la ayudó en todo momento.

Me hace tanto sentido, no podemos controlar las acciones o palabras de otras personas, pero sí podemos controlar lo que está en nosotros y la mente es un gran factor para ver nuestros acontecimientos como una piedra o un trampolín, no es fácil, pero es posible.

He comprendido que la vida no es una serie de pasos cronometrados y que realmente nadie está bailando bien, pero uno decide si va a frustrarse por ello o simplemente seguir improvisando a la par de disfrutarlo.

Estoy sanando cosas que necesitaban del silencio y la pausa para hacerse presentes, es totalmente posible sacarle ventaja incluso a las pandemias, enfermedades y desempleos. A veces tenemos que caer en lo mas desolador para despertar y tomar acción

Recomiendo este libro, es una historia va a ayudarte a ver con otros ojos la realidad, incluso a bailar a tus tiempos pero con ganas.