“Lo que un Padre te enseña

sobre Dios”.

Seguramente, durante este mes de junio… no podemos evitar pensar en el “día del Padre” como una de las festividades más famosas en México y otros países del mundo; donde las familias nos reunimos para celebrar y dar gracias por la vida de nuestros padres, abuelos, hermanos o todos aquellos que han gozado del regalo de la paternidad.

La palabra “padre” deriva del griego y del latín “pater”, y se designaba al progenitor o al jefe de una familia u hogar. También se asociaba al fundador de una clase, nación o profesión, a un antepasado e incluso a un protector o patriarca.

Siendo así, es indiscutible que la figura de un Padre trasciende en la vida de sus hijos, incluso la presencia o la ausencia de una figura paterna puede determinar muchos de nuestros comportamientos y heridas personales, pero; ¿qué tiene un papá que lo hace tan importante?, ¿Será que un padre puede acercarnos más a Dios?...

Aquí te presento algunas de las cualidades que un padre nos deja ver, sobre la paternidad de Dios:

  1. Protector; algo indispensable para el desarrollo personal, un padre siempre está para cuidar y defender a su familia, algo que no esta lejos de lo que el Señor hace con nosotros, “Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Té fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa” (Isaías 41, 10-12).
  2. Líder y guía; ¿a quién acudimos cuando no sabemos que camino elegir?, ¿Quién es el que desea que todos sus hijos encuentren su propósito en la vida y busca darles las herramientas para que así sea?... seguro que papá, así como la Palabra nos dice: “Por tanto, sean perfectos como su Padre celestial es perfecto” (Mt 5,48). Nos enseña con su testimonio el camino que hay que seguir para poder amar más y mejor.
  3. Generoso y proveedor; un padre no duda en ofrecernos de lo suyo para que nosotros estemos siempre mejor, es generoso con sus bienes materiales, con su tiempo, con su sabiduría, con su perdón y con su amor… incluso cuando sabe que tal vez no recibirá algo a cambio… “Mira las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo nuestro Padre celestial las alimenta. ¿No son ustedes de mucho más valor que ellas?” (Mt 6,26).
  4. Nos hace herederos, no solo de su apellido o de sus bienes, sino de toda su persona. Un padre nos hereda su familia, sus sueños y nos hace parte de su historia, trasciende a través de sus hijos para dejar una huella en el mundo que lleve nuestro nombre. Papá nos regala un origen, para que nosotros busquemos nuestros propios horizontes. “Sin embargo, para nosotros hay un solo Dios, el Padre, de quien proceden todas las cosas y nosotros somos para Él” (1 Cor 8,6).
  5. Nos enseña el valor del trabajo y la disciplina; ambas son cualidades necesarias para que podamos desarrollar nuestras capacidades al máximo, y papá es quien nos enseña que el trabajo dignifica y que la disciplina moldea nuestra voluntad para que seamos dueños de nosotros mismos. Podemos poner como ejemplo a San José, quien enseña a Jesús la importancia de su oficio.
  6. Nos corrige; porque más vale una corrección a tiempo, que un sufrimiento en vano. Papá nos da libertad para decidir, pero nos hace darnos cuenta de las consecuencias de nuestros actos, nos enseña a pensar en el mayor bien cuando nos hace consientes de nuestros errores para mejorarlos, porque el nos quiere viviendo en la verdad, “Hijo mío, no rechaces la disciplina del Señor, porque el Señor a quien ama reprende, como un padre al hijo en quien se deleita.” (Proverbios 3, 11-12).

Es por esto, que la presencia de un padre (ya sea padre de forma física o espiritual), es muy importante para que también podamos abrazar a nuestro Padre Celestial, Dios mismo quien nos ama, nos cuida y nos conoce de forma particular.

Si en tu historia de vida, tu padre no ha estado presente o existen circunstancias o heridas que lastimen tu relación con él, no dudes en abrazar a Dios y acercarte a Él, verás como es el Padre más amoroso y perfecto.

Ana Paula Noriega.