Nos conocimos de la forma más extraña, muchos me habían hablado de ti y de lo increíble que eres, pero no fue hasta meses después que tuvimos la oportunidad de coincidir, confieso que te miré y supe que podríamos funcionar. Comenzamos muy bien, una amistad bastante agradable; la facilidad con la que te desenvolvías en nuestros primeros encuentros me enganchó.
Nos reíamos y por supuesto discutíamos; algo en mí intentaba descifrar tu forma de expresarte, no lograba comprender lo que sucedía entre nosotros. Fuimos a tus lugares favoritos, supe todos tus secretos, me enseñaste cosas nuevas. Era imposible no enamorarme de ti.
Por un momento, parecía que lo nuestro sería para toda la vida. Todo tiene un final, esto se tenía que terminar,… y así fue, se terminó .
Querido, con todo el cariño que te mereces te confieso que necesito aprovechar mi tiempo y conocer a otros, pero no puedo sacarte de mi cabeza ¡ya déjame tranquila! Ahora entiendo por qué todo el mundo hablaba de ti, que eres un gran libro y tu narrativa es excelente pero Después de 600 páginas, me urge una lectura nueva y sigo enganchada con tu historia.
Qué difícil es superar un relato que supera las expectativas, puede que sea una película o una serie, esta vez me sucedió con La verdad sobre el caso de Harry Quebert, éste libro es culpable de mi incapacidad para concentrarme – o enamorarme- de una nueva lectura.
¿Por qué tanto alboroto? ¿Qué tiene de bueno? TODO. Una historia que juega con tu mente, te hace partícipe y te destruye.
Años después descubren el cuerpo de Nola Kellergan, una chica de 15 años declarada como desaparecida, enterrada en el jardín del famoso novelista Harry Quebert, éste es detenido por las autoridades debido a que en investigaciones previas, descubrieron que mantenía una relación secreta con la chica. Mientras tanto, un joven escritor, Marcus Goldamn, mejor amigo del famoso autor tratará de descubrir la verdad pues percibe algunas fallas de parte de quienes culpan Harry Quebert. El chico investigará la situación mientras escribe un libro sobre el caso y así poder demostrar la inocencia de Harry, mientras leemos una trama llena de secretos que saldrán a la luz.
En resumen: es un recorrido largo, enrevesado y apasionante.Una joya. Las críticas y los aplausos muy merecidos.
Si bien no estoy de acuerdo con algunos comportamientos de los personajes como la relación de una menor de edad con un adulto -y tratar de romantizar la situación para hacerla aceptable, me parece desagradable- o ver lo que la gente es capaz de hacer por dinero, miedo o ignorancia. Aunque, todas esas situaciones no son un invento de la ficción, existen y tristemente son parte de nuestro mundo; no podemos hacernos de la vista gorda y asustarnos por encontrarlo en una novela. Lo que sí podemos hacer es analizar, cuestionar y dialogar cuando algo no pinta bien y debería ser totalmente inaceptable para evitar normalizarlo y hacerlo parte de nuestra sociedad porque »todos lo hacen, ya ni modo».
Cada página da bastante de qué hablar, podría desmenuzar los temas tratados y cómo lo desenvuelve al autor, incluso la reacción de cada personaje, creo que leer un estudio de psicología del personaje sobre éste libro sería impresionante.
Me fascina ver cómo los libros juegan con los sentimientos si nos inmiscuimos en la historia, en mi caso lo amé y ahora lo odio porque estoy sufriendo una terrible resaca, no dejo de darle vueltas y pensar en los “hubiera” o alguna qué otra teoría, el efecto al terminarlo causa querer saber más y más ¿te ha sucedido? a mí, con no mucha frecuencia. Es una sensación de amor y odio. De hecho, antes solía curar esta cruda lectora cambiando de formato o de género literario. Esta ocasión, dejaré que fluya, no forzaré mi cerebro a leer algo más, aunque tal vez sí lo haga.
De hecho, Harry Quebert tiene una conversación con Marcus sobre lo que es o no es un escrito excelente, el autor de la novela lo sabe, comprende los sentimientos de un lector, pues utilizó las palabras correctas que un amante de los libros utilizaría:
Un buen libro, Marcus, no debe ser juzgado por su última palabra, sino por el cúmulo de efectos que todas ellas causaron. Medio segundo después de terminar la novela, cuando el lector se leyó la última palabra, se sentirá abrumado por un sentimiento particular. Por un momento cuestionará qué acaba de leer; mirará la portada y sonreirá tristemente porque extrañará a todos los personajes, Un buen libro, Marcus, es un libro que lamentas terminarLa verdad sobre el caso de Harry Quebert p. 613