Sanar, amar

No soy experta en relaciones pero sí en escuchar cómo inician y/o cómo terminan, lo curioso es la razón de ésa ruptura, donde noto que el común denominador es: No supo amarme lo suficiente.

Entre series, películas y novelas contemporáneas, me han hecho llorar como nunca en los últimos días, no porque hablen de una historia trágica, sino porque se busca normalizar una sociedad que fracasó en el amor -no, no estoy hablando sobre alguien que no encontró pareja y adoptó siete gatos, ahora me explico- al vivir una relación romántica fallida, nos colocamos una venda de conformismo para justificar el egocentrismo e indiferencia que brota de nuestra personalidad, y optamos por crear »nuevas» formas de amar, o sea; elegir lo que se te acomode, dónde no exista la exigencia y si no te hizo feliz sólo vete.

Al analizar mis relaciones, las de mis amigas, vecinas y apenas conocidas llego a la siguiente conclusión: estamos pidiendo lo que no sabemos dar porque no sabemos qué queremos y nadie nos enseñó. Por ende, nos conformamos con lo que aparentemente necesitamos.

Sí, ya está, queremos que el otro lo de todo mientras no me pida mucho. ¿A qué viene todo esto? un par de semanas atrás me leí »¿Quién de nosotros?» de Mario Benedetti. Una historia sobre un triángulo amoroso entre dos amigos -Lucas y Miguel- quienes viven enamorados perdidamente de Alicia.

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El libro se divide en tres capítulos, cada uno narrado por un protagonista. Inicia con Miguel, lleno de resentimiento, un alma inconsolable, arrepentido de cada decisión que toma o no toma, vive en angustia y depresión. Él narra en primera persona, con todos los detalles posibles, su historia con Alicia. Juega entre sucesos del pasado, su presente y qué pasara en el futuro.

Miguel tiene una mente ambigua, que al leerlo denota una personalidad indecisa e insegura. En distintos párrafos se percibe disperso, donde me yo afirmo que este personaje no desea aterrizar sus ideas porque no conoce cómo solucionar el dolor de sus heridas.

Por su parte, Alicia, cuenta su versión a través de cartas -dirigidas a Miguel- esta mujer es directa y su mensaje es claro: Yo no soy responsable.
Podría decir que decide lavarse las manos y sacarle la vuelta a sus errores, al igual que expresa la inexistencia del amor y si este fuera real ella no es merecedora.

El tercer personaje, Lucas, artístico y escritor, toda una personalidad. Narra su versión en tercera persona con formato de novela, incluye pie de página con más detalles de la historia, recomiendo leer todos ellos.

En conclusión, tenemos personajes muy heridos por su pasado, donde nadie les dijo que no deben cargar con ése dolor el resto de sus vidas.

La forma de vivir el amor y la personalidad de cada uno de ellos me resulta muy realista, muchas expresiones que leí las escucho salir de la boca de aquellos que buscan el amor. Por otra parte, conecto los puntos entre la ficción de este libro con la realidad, concluyo buscamos que nos amen y nos acompañen por el resto de nuestras vidas, pero cargamos heridas que no nos permiten amar y ser amados en plenitud.

Estos tres personajes arruinan su vida por los resentimientos de su pasado y muchos de nosotros no estamos muy alejados de esa situación.

No quiero dejarte con una conclusión triste y desoladora, al contrario hay solución a ello y soy testigo.

Quiero compartirte un par de herramientas que serán muy útiles, ampliarán tu concepto del amor y espero te motiven a no conformarte con lo que crees que eres capaz de dar y recibir. 

Amoris Laetitia el documento sobre la alegría del amor, sino estas muy convencido, te dejo puntos claves que probablemente te atrapen y quieras mas:

  • El amor confía, deja en libertad, renuncia a controlarlo todo, a poseer, a dominar. Esa libertad, que hace posible espacios de autonomía, apertura al mundo y nuevas experiencias, permite que la relación se enriquezca y no se convierta en un círculo cerrado sin horizontes.
  • El amor no se deja dominar por el rencor, el desprecio hacia las personas, el deseo de lastimar o de cobrarse algo.
  • Me ama como es y como puede, con sus límites, pero que su amor sea imperfecto no significa que sea falso o que no sea real. Es real, pero limitado y terreno.
  • El amor al otro implica ese gusto de contemplar y valorar lo bello y sagrado de su ser personal, que existe más allá de mis necesidades.
  • El amor que nos prometemos supera toda emoción, sentimiento o estado de ánimo, aunque pueda incluirlos. Es un querer más hondo, con una decisión del corazón que involucra toda la existencia.